Siento que.
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¿Alguna vez has dedicado gran parte de tu tiempo y energía a algo, solo para que fracase? Es una sensación muy decepcionante. Es como si todo ese tiempo, energía y dedicación no sirvieran para nada. Y en realidad no importa en qué hayas trabajado tanto, esa sensación de fracaso irradia por todo tu ser de la misma manera. Es un sentimiento difícil de quitarse de encima. Te hace cuestionar tus habilidades y la duda se infiltra lentamente.
La duda, la asesina de la esperanza y los sueños. Te dejará en un estado constante de incertidumbre y miedo con sus persistentes susurros de fracasos pasados que resuenan en tu mente. "No hagas esto o aquello, ya has fracasado antes, así que fracasarás de nuevo". Esa sensación inevitable de que el fracaso es inminente y te roba toda tu ambición y esperanza. Tanto es así que empiezas a cuestionar tu propia valía y dignidad.
Lo siento. Conozco muy bien esa sensación. Durante años viví en ese estado de decepción y duda. Y te prometo que no es un lugar en el que quieras vivir. Es un agujero extremadamente difícil del que salir. Empiezas a avanzar hacia la cima solo para tropezar y volver al punto de partida. Ese sentimiento de decepción se instala y el ciclo de duda y miedo continúa, una y otra y otra vez. Ese ciclo sin fin se apodera de ti y se convierte en tu vida.
Ese ciclo que nos roba la vida se puede romper. No es fácil y requiere una enorme cantidad de coraje y fuerza. Tendrás que cavar en lo más profundo de ti mismo y enfrentarte a tus miedos con una determinación y valentía inquebrantables. Tendrás que combatir la duda con recordatorios positivos de tu valor y valía. Pero la parte más difícil de esta batalla será aprender a confiar completamente en ti mismo porque, en última instancia, eso es lo que este ciclo de duda y miedo te roba: la confianza en ti mismo.
Aprender a confiar en ti mismo es el trabajo más importante que harás en tu vida. Y sé que es muy difícil. Probablemente sea lo más difícil que harás en tu vida, pero es el regalo más gratificante y mejor que puedes darte a ti mismo y a los demás. Cuando confías plenamente en ti mismo, no dudas de tus capacidades. No temes al fracaso, la duda se convierte en algo del pasado y todas esas decepciones te servirán como valiosas lecciones y recordatorios de lo fuerte y resistente que eres en realidad. Empiezas a ver las decepciones como oportunidades de crecimiento y expansión. Tu mente comienza a idear diferentes soluciones para superar las experiencias y los sentimientos difíciles. Cultivarás una fuerza interior y finalmente te darás cuenta de ese increíble superpoder que estuvo dentro de ti todo el tiempo.
Te vuelves imparable. Eres capaz de ver las cosas como realmente son. Desarrollas una comprensión profunda de ti mismo y la honras. Te das cuenta de que todas esas decepciones pasadas no fueron más que peldaños en tu camino y que sin ellas, nunca estarías donde estás hoy. Estás agradecido por las lecciones que te enseñaron y que en realidad no fueron fracasos sino desafíos que superaste. Y con todas esas victorias en tu haber, te das cuenta de que tu esperanza, fuerza y determinación fueron el premio por todos esos ciclos que rompiste.
Con mucho cariño, Kira